4. Paseo Echegaray y Caballero


"Cofrades", de Manuel Arcón

Seguimos al otro lado del río por el paseo Echegaray y Caballero, autores de la conocida zarzuela Gigantes y Cabezudos; pero no iremos hacia el Pilar y la Seo, pues sólo hallaríamos en su sobria decoración externa unos ángeles con trompetas y un ángel con bandurria en las enjutas sobre las puertas de la Fachada de la basílica de Nuestra Señora del Pilar, aunque no santos músicos –sí en el interior– por más que sean grandes templos musicales, por la escolanía de infanticos o los habituales conciertos de órgano. No hay aquí ningún memorial al maestro Domingo Olleta, organista y compositor decimonónico, pero su retrato es uno de los que figuran en la decoración escultórica del grupo escolar Gascón y Marín. Tampoco hay iconografía musical alguna en los monumentos que adornan la plaza de las catedrales, a pesar de que sea el principal escenario de conciertos y jotas al aire libre en todas las fiestas. Tal vez nos topemos en la calle Alfonso con músicos amateurs o incluso con reputados danzarines profesionales, si coincidimos con alguna de las convocatorias del festival “Trayectos”, que suele desarrollarse preferentemente en el casco viejo.

Por aquí está la calle del Maestro Pablo Luna, prolífico compositor de zarzuelas; pero no tiene relación con el tema de nuestro itinerario ninguna de las hermosas esculturas de Pablo Gargallo en los espacios públicos frente al museo del artista maellano ­­­–sí hay algunas en su interior, por ejemplo su David que danza portando un arpa–. En cambio, la plaza del Justicia merece que hagamos una parada ante unas figuras en bronce que representan a un niño y un adulto con sus respectivos tambores. Cofrades es, como el título indica, un grupo escultórico dedicado a la acendrada tradición de las cofradías que atruenan con sus instrumentos de percusión las procesiones de la Semana Santa zaragozana, cuyo epicentro es la iglesia de Santa Isabel, de donde sale el via crucis del Viernes Santo. De ahí la localización de esta obra, que no es de las mejores de Manuel Arcón pero desde que se inauguró en 2009 está teniendo mucho éxito como icono fotográfico, debido a su temática y posición, a ras de suelo, pues a muchos les gusta posar al lado para hacerse selfies que luego circulan en las redes sociales.