5. De la plaza de Paraiso a la Plaza de España

De esta manera llegamos a la Plaza Basilio Paraíso. Ésta es un nudo radial de distribución a través del cual la ciudad ordena su trama urbana. Como elemento de distribución se levantó una de las fuentes más grandes de la ciudad, cuyos juegos de agua pueden verse iluminados por la noche en un entorno urbano presidido por emblemáticos edificios como el Paraninfo de la Universidad y Capitanía General.

Desde la citada plaza se llega al paseo de la Constitución, uno de estos ejes que comunican el centro de la ciudad con el Paseo de la Mina. En él se localizan tres hermosas fuentes-escultura. Una de las más populares es Pareja paseando bajo un paraguas (1973) de Manuel López García. En ella se representan en hierro dos amantes paseando calladamente por el paseo acompañados, en los primeros años de la escultura, con una serie de fuentes escultóricas representando niños, que por la fragilidad del material ya se han perdido, aunque todavía están muy presentes en la memoria de muchos zaragozanos que jugaron con ellas por este paseo. Más abajo, en sintonía con las corrientes abstractas y cinéticas más novedosas de los años setenta, está la Fuente (1970) de Ángel Orensanz, que desarrolla motivos abstractos localizados en torno a un eje central ascendiente y sobre el que parecen flotar, evocando la ligereza del agua en su caída, y contratando con la bóveda verde creada por los árboles dispuestos en sus lados. Por último, al final del Paseo y donde por un tiempo estuvo la Fuente del Buen Pastor, recientemente ubicada en el Matadero su emplazamiento original, se halla el Monumento a la memoria de las victimas del Yakolev 42 (2004) del arquitecto José Manuel Pérez Latorre. Este monumento se erigió en recuerdo de los militares del ejército español fallecidos en el accidente de avión ocurrido en el año 2003 en Turquía, en el municipio de Sahinkaya Está formado por una estructura de hormigón armado sobre la que se sitúa un banco de piedra negra orientado hacia la lápida de acero cortén. En la misma se han tallado los nombres de todos los fallecidos en el accidente ordenados alfabéticamente y presenta una forma ligeramente curvada para evocar el despegue de los aviones. A cada lado de la lápida se localizan sendos estanques que se complementan con un pequeño lago central de trazado ortogonal. Sobre esta superficie discurre el agua que crea un ambiente de recogimiento en torno al memorial.

Atravesando las calles perpendiculares que unen este paseo con la aledaña Plaza de los Sitios, llegamos a esta plaza presidida por el Monumento a los Sitios, (1908) de Agustín Querol donde, de nuevo, el agua crea un aura de recogimiento en torno a otro homenaje a héroes caídos en una guerra, en este caso la de la Independencia. Desde allí nos encaminamos al Paseo de la Independencia, eje principal de la ciudad, cuya construcción se inició en la década de 1870 y cuyo subsuelo oculta los restos del arrabal musulmán de Sinhaya (siglo X y XII). Dicho Paseo culmina en la Plaza de España, donde se encuentra el Monumento a los mártires de la Religión y de la Patria (1904) de Ricardo Magdalena y Agustín Querol. Este grupo está sobre un basamento de piedra de cierto carácter militar y rodeado por una verja de hierro y una pila de la cual brotan chorros de agua. Tras la última remodelación urbanística, los peatones pueden acceder a la glorieta central que se ha creado en la plaza, en torno al vaso de la fuente.