En el año 2011 se aprobó una ordenanza que regulaba esta misma materia, no obstante y tras todos estos años de vigencia, la experiencia acumulada de los Servicio Técnicos competentes, los cambios normativos que se han ido produciendo, así como las sugerencias que los diferentes usuarios y prescriptores han hecho llegar al Ayuntamiento, aconsejan su revisión.
Las modificacíones introducidas en el texto son de tipo material, puesto que la nueva versión prioriza su adaptación al reconocimiento internacional del derecho humano del agua y al saneamiento, introduce los efectos del cambio climático en la regulación de los servicios del ciclo integral del agua y acentúa la defensa de la gestión pública de estos servicios.
También el Ayuntamiento pretende asegurar la profesionalidad en el diseño y ejecución de las instalaciones particulares, atajando el intrusismo y las negativas consecuencias que ello supone para los usuarios de los servicios del ciclo integral del agua, exigiendo los controles adecuados para la autorización de tramos y acometidas.
Desde el punto de vista formal, la Ordenanza se adapta a la vigente normativa en materia de aguas, tanto Estatal como Autonómica, y a la legislación básica en materia de procedimiento.