Biografía
Nacido en Zaragoza el 21 de noviembre de 1973.
Casado y con dos hijos, reside en Zaragoza.
Licenciado en Derecho y Máster en Urbanismo por la Universidad de Zaragoza.
Fue director territorial del Grupo MRA.
Ha sido presidente provincial (Zaragoza) y regional (Aragón) de Nuevas Generaciones.
Es miembro de los Comités Ejecutivos Regional y Provincial del PP-Aragón y PP-Zaragoza.
Concejal de Juventud y Personal en el Ayuntamiento de Zaragoza (2000-2003).
Concejal y portavoz adjunto (2003-2007).
Concejal portavoz de Economía y Hacienda (2011-2015).
Concejal en la legislatura 2015-2019. Portavoz adjunto de junio de 2015 a febrero de 2016, portavoz del Grupo Municipal Popular el resto de la legislatura.
Portavoz del Grupo Popular en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) desde noviembre de 2019
Miembro del Comité Europeo de las Regiones (CDR) desde 2020.
Discurso de investidura
Autoridades, miembros de la Corporación, señoras y señores:
Quiero iniciar este discurso expresando la emoción, el honor y la responsabilidad que siento al recibir el cargo de alcalde.
Como vecino de Zaragoza no puedo aspirar ni a mayor distinción ni a mayor reto que liderar esta nueva etapa que hoy comienza en el Ayuntamiento.
Debo gratitud a todas aquellas personas que han hecho posible esta toma de posesión.
En primer lugar, el agradecimiento a mi familia, mi equipo y mi partido. Sin vuestro esfuerzo, aliento y compromiso este día no hubiera sido posible.
Mi agradecimiento también a los concejales y grupos políticos que habéis decidido mi nombramiento con vuestro voto.
Permitidme que personalice especialmente esa gratitud en los portavoces de Ciudadanos y Vox.
Sara, Julio: sabéis tan bien como yo que no ha sido sencillo alcanzar este acuerdo de investidura, pero el resultado hace que ese esfuerzo merezca la pena.
Porque es un acuerdo pensado por y para Zaragoza.
Suscrito desde una idea firme: Dar a la ciudad un gobierno sólido y estable que adopte medidas para solucionar problemas reales de nuestros vecinos.
Y ha sido posible por esa altura de miras y por vuestro trabajo y vuestra generosidad.
Estad seguros que voy a corresponder a vuestra confianza y vuestra ayuda con la máxima entrega y lealtad.
Estamos aquí para darle a Zaragoza un proyecto de futuro y prosperidad y en ese objetivo apasionante que nos une voy a centrar toda mi dedicación. Y por último, mi gratitud, inmensa e infinita, a todos los vecinos de Zaragoza que el pasado 26 de mayo decidieron en las urnas el cambio de gobierno.
Era nuestro deber atender ese mandato mayoritario que claramente reclamó un gobierno municipal basado en un pacto de los partidos del centro-derecha.
Asumo con ilusión mi responsabilidad de llevar a buen puerto esa voluntad expresada en las urnas. Pero también con el deseo y la esperanza de dejar atrás la confrontación que ha protagonizado la pasada legislatura.
Soy plenamente consciente de las bases ideológicas y programáticas que regirán la iniciativa de mi gobierno, pero poseo la misma convicción inquebrantable en que debo tener como horizonte fijo gobernar para el conjunto de vecinos y vecinas de Zaragoza, con respeto absoluto hacia las normas y con el interés general de nuestra ciudad por encima de cualquier cosa.
Esa es mi ambición: recuperar un modelo de alcaldía que supere las restricciones partidistas y enfoque la acción de gobierno en la resolución de los problemas reales de nuestros vecinos.
Un objetivo en el que tengo la fortuna de contar con la referencia impagable de dos grandes alcaldes que admiro y respeto: Luisa Fernanda Rudi y Pepe Atarés.
Dos alcaldes con una gran capacidad de trabajo, un profundo amor por nuestra ciudad y volcados en la idea del servicio público.
También con rasgos y caracteres distintos que me han inspirado siempre en el ejercicio de la política.
La solvencia, rectitud y liderazgo de Luisa.
La cercanía, el diálogo y la búsqueda constante de consensos de Pepe.
Dos ejemplos perfectos para forjar una forma de gobernar que dé respuesta a lo que nos demandan hoy los vecinos de Zaragoza:
- dejar atrás los conflictos estériles y buscar acuerdos generales que mejoren su vida;
- aparcar los gestos y centrarnos en la gestión,
- volcar nuestras energías en prestar mejor y con más eficiencia los servicios públicos municipales.
Y tiendo la mano a todo aquel que comparta ese objetivo desde el grupo político que sea.
Desde la confrontación nada bueno es posible.
Por lo tanto, pasemos página y pensemos en nuestra obligación de buscar puntos de encuentro y acuerdos más allá del debate y la discrepancia ideológica.
Ofrezco diálogo y colaboración a todo aquel que comparta esta mirada en positivo y que, desde la política con mayúsculas, desee participar en la construcción de una Zaragoza mejor, más próspera, más libre, con más recursos y, sobre todo, con más posibilidades para sus vecinos.
Diálogo y colaboración que hago extensivos a las relaciones institucionales. Es imprescindible recuperar la sensatez y la cordialidad que siempre deberían presidir esas relaciones.
Uno de mis primeros objetivos como alcalde es restablecer cauces de entendimiento con el Gobierno de Aragón.
Más allá del color político de los gobiernos que haya en cada ámbito, es primordial que las dos principales instituciones ejecutivas de la Comunidad Autónoma afrontemos la responsabilidad mutua de cooperar.
Aragón y Zaragoza se necesitan para progresar y los ciudadanos no van a entender que desde la política echemos tierra a esa verdad incuestionable.
Mi gobierno, sin renunciar a ninguna de las reclamaciones pendientes, hará todo lo posible para superar los enfrentamientos que han marcado la relación de los últimos años entre el Ayuntamiento y la DGA.
Espero y deseo encontrar la misma disposición en el próximo Gobierno deAragón.
Tenemos la obligación de aparcar el cortoplacismo.' Hay que levantar la vista y mirar más lejos.
El contexto nacional e internacional es de una creciente competitividad entre las ciudades y sería imperdonable que, por falta de autoexigencia o visiones acomplejadas, dejásemos que Zaragoza se quede atrás.
En estos próximos cuatro años es preciso asentar los pilares de un modelo de desarrollo ambicioso.
Un modelo que garantice el futuro de Zaragoza en el horizonte 2030 como una de las ciudades europeas que destaque por su dinamismo, sus iniciativas socioeconómicas y su capacidad para atraer inversiones y talento.
Con esa finalidad, Sara, hemos firmado un pacto de gobernabilidad de 50 puntos.
Un acuerdo que juntos, contigo como vicealcaldesa, vamos a desarrollar de manera inmediata pensando en los desafíos de las próximas décadas, en el futuro de las siguientes generaciones.
Desafíos que pasan, en primer lugar, por colocar a las personas en el centro de nuestra acción política.
Nuestro gobierno convertirá a la familia en el eje de las políticas sociales, apostando por medidas que favorezcan la conciliación, como un cheque guardería, pero pensando también en nuestros mayores.
La soledad no deseada que padecen miles de personas en Zaragoza debe centrar buena parte de nuestros esfuerzos e implicar a todas las instituciones para aumentar los recursos disponibles.
Hablar de una Zaragoza inclusiva supone garantizar el respeto a nuestros derechos como personas y que nadie se quede atrás. Y tenemos un claro compromiso en este sentido.
Por ello, lucharemos con determinación contra la pobreza infantil e impulsaremos proyectos que fomenten la autonomía las personas con discapacidad.
Asimismo, defenderemos la libertad de elección de enseñanza y seguiremos combatiendo la violencia de género, una lacra que ha acabado con la vida de mil mujeres asesinadas durante los últimos 15 años.
El segundo de los retos a los que hacía referencia tiene que ver con hacer de Zaragoza una ciudad que funcione, donde las nuevas tecnologías contribuyan a mejorar los servicios públicos y a hacerlos más eficientes.
Transporte, limpieza, mantenimiento de zonas verdes, poda de árboles o recogida de basuras.
Son los servicios básicos que presta el Ayuntamiento de Zaragoza y que contarán, en los próximos meses, con planes específicos de mejora que hagan de la ciudad un lugar más cómodo para vivir.
Para ello, las nuevas tecnologías serán una herramienta fundamental.
Quiero que Zaragoza se convierta en un referente europeo de las Smart Cities y puedo asegurarles que no escatimaré recursos y esfuerzos para lograrlo.
Como también trabajaremos para atraer empresas de ámbito tecnológico que hagan de Zaragoza una gran ciudad inteligente. Y quiero detenerme aquí para mostrar un compromiso personal que compartimos con buena parte de quienes el pasado 26 de mayo fuimos elegidos para representar a los zaragozanos.
Restituiré la Unidad de Apoyo Operativo de la Policía Local de Zaragoza (la UAPO) a la mayor brevedad posible. Y recuperaré el consenso político que, lamentablemente, se perdió en la pasada legislatura en lo que concierne a las decisiones sobre la Policía de Zaragoza.
A partir de hoy, los agentes de este Cuerpo pueden estar seguros de que contarán con el apoyo de su alcalde. Desempeñan su trabajo con dedicación y profesionalidad y haré lo que esté en mi mano para que lo hagan en las mejores condiciones de seguridad.
En tercer lugar, Zaragoza, pero también el resto de las grandes ciudades del mundo, se enfrenta al desafío de fomentar el desarrollo urbano de nuestros barrios desde el respeto medioambiental.
Nuestro gobierno se afanará en dignificar nuestras calles: Cuidando más nuestras aceras, el alumbrado y el mobiliario público.
Eliminando barreras arquitectónicas e impulsando una nueva ordenanza de accesibilidad.
Pero también impulsando un nuevo Plan de Vivienda con colaboración público-privada que apueste por la rehabilitación. Lo haremos reforzando nuestro compromiso contra el cambio climático. Toda acción municipal responderá a una estrategia transversal que aspire a convertir a Zaragoza en una "ciudad carbono neutral".
La reducción de emisiones de C02, la producción de energías limpias en nuestro término municipal o el impulso de la movilidad eléctrica serán elementos a desarrollar y poner en marcha con urgencia.
Como lo será igualmente la elaboración de un Plan Director de la Economía Circular y de un Plan Integral de Gestión de Residuos que nos permita avanzar en su reducción y posterior reciclaje.
El cuarto reto está relacionado con el futuro.
Y hablar de futuro pasa por hablar de talento, de inversión y de creación de empleo.
Ya es hora de enmendar la que ha sido la gran asignatura suspensa de la izquierda durante los últimos 16 años.
Tenemos que hacer todo lo posible por que el talento se quede en Zaragoza y avance. Y para que venga de fuera.
Y eso solo se puede conseguir si creamos un marco fiscal favorable y una ordenanza de emprendedores que ayude con intensidad a los autónomos y las pequeñas y medianas empresas.
Esta es mi apuesta: hacer de Zaragoza una ciudad atractiva, que destaque en el panorama nacional por sus servicios, su seguridad jurídica y su disposición para ayudar a los emprendedores.
Tenemos el potencial económico y humano y es hora de apostar por ello.
En quinto lugar, quiero hablar de una Zaragoza de la que sentirnos orgullosos.
Una ciudad universal, que presuma de su identidad, su cultura y su patrimonio y que proyecte su marca a España y Europa.
Que se convierta en un referente cultural y turístico de primer orden. Goya, Buñuel, el Pilar, la jota, nuestras fiestas o nuestra gastronomía nos demuestran que tenemos el talento y la capacidad.
Estoy convencido de ello y trabajaremos para que Zaragoza tenga la posición que merece en el mapa internacional.
Y por último, el sexto desafío, es hacer de Zaragoza una ciudad ejemplar desde el punto de vista de la regeneración democrática. Debemos alejarnos de la crispación que ha sido la norma durante estos últimos años en el Ayuntamiento y apostar por un gobierno transparente.
Un gobierno que respete la ley, que se aleje del clientelismo y dote de independencia a la administración local.
Un gobierno para todos los ciudadanos, con independencia de su opción política en las urnas.
Sólo construyendo una Zaragoza que dé respuesta a estos retos podremos prosperar como sociedad y garantizar los imprescindibles mecanismos de solidaridad y protección social.
Es una apuesta muy ambiciosa, sí, porque sólo pensando en grande tendremos una Zaragoza que vuele a gran altura.
Quiero una ciudad que destaque en España por la capacidad y la brillantez de sus proyectos, por ser capaz de disponer de instrumentos y herramientas para impulsar el potencial de sus vecinos, que es inmenso.
Una ciudad con oportunidades para sus jóvenes, que puedan hacer realidad sus sueños en ella, que no se vean obligados a buscar fuera lo que merecen tener en casa.
Zaragoza tiene el potencial necesario para triunfar. No sólo por territorio y condiciones geográficas.
Gozamos de una ubicación estratégica y tenemos disponibilidad de recursos básicos como suelo y agua.
Pero sobre todo es que somos personas capacitadas y preparadas, con ganas de trabajar y de mejorar.
De aportar cosas al mundo y de aprovechar las oportunidades que hay en ese mismo mundo.
Mi gran anhelo como alcalde es ofrecer a mis convecinos las dos cosas que creo que Zaragoza necesita para aprovechar su enorme talento:
Un modelo de ciudad innovador y con proyección de futuro y un Gobierno sensato, eficaz y dinámico, con liderazgo e iniciativa suficiente para llevarlo a cabo en beneficio del conjunto de la sociedad.
Con esa pasión asumo la responsabilidad de ser alcalde de Zaragoza, con el deseo de contribuir a hacer de Zaragoza un lugar mejor en el mundo.
Soy consciente de la dificultad del reto, de la exigencia que requiere estar a la altura de la historia, la capacidad y la voluntad de avanzar de nuestra inmortal ciudad de Zaragoza.
Lo afronto sin fórmulas mágicas, pleno de ilusión y ganas y con la referencia fundamental de los tres pilares que han guiado siempre mi trayectoria vital y política: Trabajo, coherencia y compromiso.
Muchas gracias.