Fiestas del Pilar 2024, del 5 al 13 de octubre

Ofrenda de Flores

Historia


La Ofrenda de Flores es el acto más importante e icónico de las Fiestas del Pilar. Este año no podrá ser tan multitudinario como lo ha sido en las útimas décadas ya que tendrá que adaptarse a las medidas sanitarias establecidas para hacer frente a la pandemia, pero será igualmente el acto más emotivo de las fiestas, después de que en el 2020 no se pudiera celebrar y miles de personas se quedaran por primera vez en la historia sin poder cumplir con la tradición.

Desde primera hora de la mañana la ciudadanía aragonesa y llegada de todos los rincones del mundo desfilan ante la Virgen del Pilar para depositar a sus pies millones de flores. Ataviados con el traje regional homenajean a la patrona de los aragoneses y de la comunidad hispana.

La Virgen que luce en el centro de la Plaza del Pilar mide más de 3 metros, incluyendo la altura de la corona y manto, y está elevada sobre una estructura troncopiramidal de seis cuerpos que pesa 40 toneladas aproximadamente.

En las Fiestas del Pilar 2013, se instaló una escalera de subida y otra de bajada para que ciudadanos y visitantes puedan ascender por la parte trasera de la pirámide y alcanzar la zona situada junto al manto de la Virgen del Pilar. El acceso a esta pasarela fotográfica, gratuito y abierto a todas las personas, se lleva a cabo los días posteriores a la Ofrenda de Flores. Todavía está por decidir cómo será el acceso y el desarrollo de la Ofrenda este año.

Este cambio de estructura en el 2013 tuvo una especial emotividad por el fallecimiento reciente de Bigas Luna ese mismo año, autor del último cambio en la Ofrenda. El director de cine propuso en 1998 cambiar la ubicación de la Virgen al centro de la plaza. Esta modificación mejoró considerablemente la llegada de los participantes y la superficie del manto floral creció (55 m de profundidad, 18 de anchura y más de 15 metros de alto). Con ese cambio se abandonó la práctica de colocar la réplica de la Virgen en la fachada del Pilar, justo enfrente de la calle Alfonso, y aumentó la visibilidad y espectacularidad de la Ofrenda floral.

Antecedentes


Los antecedentes de la Ofrenda hay que buscarlos en los años cuarenta del siglo XX, en los que el Camarín de la Virgen se adornaba los días de las fiestas. Claveles, rosas y nardos perfumaban la Santa Capilla. Pero es en 1958, ocupando la alcaldía Luis Gómez Laguna, cuando el concejal de fiestas Manuel Rodeles introdujo en el programa un acto popular y de participación, semejante a las ofrendas florales que se celebran en el Levante español.

Primera Etapa


El domingo 12 de octubre de 1958 se desarrolló la primera Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar. Durante las dos horas que duró aquella primera edición desfilaron unas 2.000 personas.
Para esta primera Ofrenda, en la que se situó una réplica de la Virgen en la fachada principal del templo, el Ayuntamiento adquirió en Tortosa varios miles de claveles. En 1960 ya se considera 'tradicional'.

En 1964 es motivo principal de las portadas de los extraordinarios de la prensa. Ese año la cifra de flores que aportó el Ayuntamiento fue 8.000 docenas de claveles; el año siguiente, más de 5.000 personas (la mayoría mujeres y niños) y más de 12.000 docenas de ramos dan idea del la fuerza de arraigo de esta actividad.

Sin duda el éxito de la Ofrenda de Flores contribuyó a que las del Pilar fueran declaradas en 1965 'Fiestas de Interés Turístico Nacional'.

Segunda Etapa


Con la llegada de los Ayuntamientos democráticos, la Ofrenda de Flores, que para entonces ya era el paradigma de la tradición de las Fiestas del Pilar, se reinterpretó como un acto de reafirmación de la identidad aragonesa, con el compromiso de participación por parte de una inmensa mayoría de zaragozanos, como muestra que en 1980 más de 50.000 ciudadanos participasen en ella.

Tercera Etapa


En 1998, el cineasta Bigas Luna, gran conocedor de la fiesta y la ciudad, animó a cambiar la ubicación a otro ángulo de la Plaza del Pilar y el resultado fue más que satisfactorio. La Virgen se situó en el centro de la bandeja de la Plaza, con lo que la Ofrenda ganó es espectacularidad y en superficie de manto: la superficie que se teje de flores tiene 55 metros de profundidad, 18 de anchura y más de 15 metros de alto.

La Ofrenda ha seguido creciendo con un ritmo constante: en contraste con los 2.000 participantes del año 1958, al comenzar el siglo XXI cálculos serenos cifran una afluencia de 25.000 oferentes a la hora, durante las ocho que dura el ininterrumpido desfile, que depositan alrededor de siete millones de flores.

La imagen de la ofrenda


Más de 3 metros mide la imagen incluyendo la altura de corona y manto, y unos 7 la estructura entera, muy sólida puesto que está preparada para soportar el cierzo que pueda darse en Zaragoza y elevada especialmente para que pueda verse desde toda la Plaza.

Origen de la ofrenda de 'La cruz de Lorena' a la Virgen del Pilar


La cruz de Lorena (cruz roja de doble barra) es el símbolo mundial de la lucha antituberculosa desde octubre de 1902 y es por lo que se eligió para ser ofrendada, en la Ofrenda de flores del día del Pilar, desde el entonces Sanatorio Antituberculoso, llamado "El Cascajo", hoy Hospital General Royo Villanova.

Está confeccionada con claveles rojos, y se engarza en el manto que previamente ha sido tejido con claveles y gladiolos blancos.

El origen de esta tradición está ligada a la Ofrenda desde sus primeros años: uno de los enfermos que se encontraba ingresado en este hospital, recibía asiduas visitas de un alto funcionario del Ayuntamiento de Zaragoza, de sus charlas, a las que se unía el Dr. Val Calvete, que era el responsable directo de la atención a este enfermo, surgió la idea de que en la ofrenda de flores del Pilar, el Hospital ofreciese a la Virgen, la Cruz de Lorena.

En el momento de decidir quién iba a ser el encargado de llevarla, comprenden que es un problema el que la lleven los enfermos ingresados en ese momento en el hospital, los empleados del mismo no acaban de decidirse, y el representante del Ayuntamiento propone que sea la Reina de las Fiestas del Pilar y su Corte de Honor quien a portase hasta el manto de la Virgen.

Es por lo que, el día 12 de octubre de 1960, es la fecha en que se realizó la primera ofrenda de la Cruz de Lorena, por parte de la Reina de las Fiestas de ese año, la señorita Mª del Carmen Claramunt Uriarte.

Así continuo, hasta que desapareció la figura de la Reina de las Fiestas de Zaragoza en 1979. Durante los 3 ó 4 años siguientes, la Cruz la llevaron enfermas a las que se les había dado de alta días antes, acompañadas por personal sanitario.

Actualmente es una asociación llamada 'Asociación Cruz de Lorena' fundada en 2006 y formada mayoritariamente por personal del Hospital Royo Villanova y amigos, quien se encarga de que esta tradición no se pierda y pueda seguir luciendo en el manto de flores año tras año.

El grupo parte de la plaza de España a las 10.25 horas.

Orquídeas coromotanas


Es una tradición que nace por iniciativa del Cronista Municipal Humberto Gallegos Castillo, el 10 de octubre de 1971, en Píritu, estado Portuguesa, Venezuela. La misma se inspira en la devoción a la Virgen María bajo las advocaciones de la Virgen del Pilar Patrona de la Hispanidad y la Virgen de Coromoto Patrona de Venezuela, y en esa fe religiosa que hermana estas dos naciones del mundo.

Esta tradición recoge los elementos más representativos de la cultura venezolana, y consiste en el envío de un ramo de orquídeas naturales como homenaje de la patrona de Venezuela a la Virgen del Pilar. Vale destacar que la orquídea es la flor nacional de Venezuela. El ramo es entrelazado artísticamente con una cinta tricolor, en alusión a la Bandera Nacional y es recibido para su bendición con las notas del Himno Nacional de Venezuela, luego es colocado a los pies de la Virgen de Coromoto y es despedido, para su viaje a Zaragoza con el Alma Llanera joropo venezolano considerado un segundo himno.

En emotivo y sencillo acto, el ramo de flores es bendecido para luego ser enviado como una ofrenda de paz y unión, a la virgen del Pilar en Zaragoza, España.

Imagen procesional de la Virgen del Pilar


Es una imagen procesional en plata dorada, enriquecida con joyas antiguas. Obra de Miguel Cubeles, de 1620 (según Federico Torralba). Es una pieza elegante, enriquecida con pedrerías y maravillosas perlas. Una figura esbelta y muy airosa. Se conserva todo el año en al armario-joyero de la sacristía mayor del Pilar, y en las grandes solemnidades se acostumbraba a instalarla ante el altar mayor, sobre gradería de plata labrada por el platero Estrada. Fue regalada por Bartolomé Morlanes, descendiente de la célebre familia de los artistas de este nombre.

Altar de la ofrenda: características y montaje


La estructura total mide en torno a los 15 metros de altura y 16 de anchura. La virgen se eleva sobre una estructura troncopiramidal de 6 cuerpos, que pesa en torno a 40 toneladas dado que está compuesta por piezas estándar de hierro y otros materiales resistentes.

El montaje empieza la mañana del día 10 a las seis de la mañana y termina el día 11 al mediodía para evitar imprevistos que pudieran surgir.

Aunque todo el dispositivo de la ofrenda de la Virgen, está configurado por numerosas secciones dentro del Ayuntamiento como herreros, alumbrado, montajes, jardineros y, cómo no, los servicios de limpieza pública, entre otras, para el montaje propiamente es necesario emplear unas 30 personas.

La plaza presenta una ligera inclinación por lo que lo más complicado de todo el proceso es nivelar el piso de abajo para darle una apariencia simétrica. Una vez, puesto el piso de abajo se realiza la estructura interior para posteriormente colocar los enrejados en los que se depositaran las flores.

El día del Pilar todo tiene que estar perfecto, desde los sistemas de sujeción construcción y montaje de estructura del soporte de la Corona, la Virgen y el Manto a recogida de flores de grupo y de individuales en el altar floral, las numerosas incorporaciones desde las distintas zonas de acceso así como el establecimiento de un perímetro de seguridad que permita a los jardineros trabajar recogiendo y colocando todos los ramos.