El Gran Claustro


CRONOLOGÍA

Su construcción se dilató entre los años 1651 y 1683 cuando se declaró que se habían finalizado los cuatro lienzos de su patio. En el segundo priorato de Antonio Gascón (1686-1694) se instalaron las vidrieras y ventanas, se colocaron los azulejos y se finalizó la decoración pictórica.

FUNCIÓN

El núcleo fundamental del monasterio

Es el núcleo fundamental del monasterio cartujano y el elemento más característico de la arquitectura de la Orden de San Bruno.

En torno a él se disponen las celdas donde viven los padres cartujos. El claustro se unía a los claustrillos de capillas y del refectorio mediante sendos pasillos de ubicación simétrica con respecto al eje de la iglesia.

Está formado por cuatro largas galerías que delimitan un espacio cuadrado de grandes dimensiones. En el centro de ese espacio se situaba el cementerio.

Las galerías del claustro, actualmente calles, tenían la función de dar acceso a las celdas y otras dependencias de uso común, como claustrillos, refectorio, sala capitular, iglesia, etc.

DESCRIPCIÓN

Las galerías, actualmente derruidas, se cubrían probablemente con bóvedas de arista y presentaban decoración pictórica y arrimaderos y suelos de cerámica. Tal y como podemos percibir por los restos que han quedado, el interior de las galerías era muy sobrio. Las superficies interiores de los muros eran completamente lisas y estaban recorridas en su interior por un sencillo entablamento que sufría un avance o resalte coincidiendo con el arranque de los arcos que fajonaban las bóvedas.

Los cuatro lienzos de ladrillo que delimitaban el patio, se caracterizan por su desornamentación y sencillez de su articulación mural, consistente en pilastras adosadas con pedestal, basa y fuste liso, que crean entrepaños en los que se inscriben arcos de medio punto, cada uno de los cuales cobijan un óculo superior y una ventana rectangular.

ESTADO ACTUAL

Quedan restos de los lienzos que delimitan el patio. Aunque sus galerías hoy son vías urbanas, todavía pueden apreciarse algunos restos del interior de las galerías, como arranque de las bóvedas que las cubrían y las huellas de su antigua articulación mural.

Su patio, en el que se encontraba el cementerio de los cartujos, es actualmente un parque infantil.

CURIOSIDAD

En el cementerio interior del gran claustro se produjeron enterramientos de personajes civiles además de los monjes, aunque de forma restrictiva. Es probable que allí se encontrase la sepultura del Conde de Peralada, uno de los personajes más relevantes de la Zaragoza de la primera mitad del siglo XVIII. Según nos cuenta Faustino Casamayor:

Se conservan copias impresas del testamento de Guillén Ramón de Rocafull y Rocabert (Zaragoza, Imprenta de Francisco Revill, 1728), en Biblioteca Municipal de Zaragoza. En dicho testamento el conde pide que sus restos se guarden en un sencillo ataúd, cubiertos con el sayal de la orden franciscana, y que en sus honras fúnebres y entierro no se haga convite, ni haya música. Asimismo ordena, en el caso de que el óbito se produjera en Zaragoza o en el reino de Aragón, ser inhumado en el cementerio de la Cartuja de Nuestra Señora de la Concepción.

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