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Sandra Alquézar Bravo

La curiosidad es una de las mayores virtudes del ser humano, una habilidad imprescindible que nos mueve a seguir aprendiendo, descubriendo y evolucionando no solo como individuos, sino también como sociedad.

Cuando somos niños y niñas, todos somos curiosos/as. No sabemos nada y lo preguntamos absolutamente todo, y es precisamente esto lo que nos hace crecer y convertirnos en adultos y adultas cada vez más conscientes de la realidad que nos rodea. Sin embargo, a medida que crecemos y nos acostumbramos al mundo, esta curiosidad infantil se va perdiendo.

Pero, si pones de tu parte, es posible recuperar parte de ese deseo por aprender que tenías de niño/a, esa capacidad de sorprenderte por las cosas más pequeñas que te ayudará a salir de la rutina y redescubrir el mundo. Si quieres intentarlo, aquí tienes 10 consejos prácticos que puedes aplicar en tu día a día para mantener viva tu curiosidad.

1- Mantén tu atención despierta

Cuando salgas a la calle, mira a tu alrededor y fíjate en lo que ocurre. Muchas veces vamos en piloto automático y prácticamente no somos conscientes de lo que nos rodea, lo que hace que nos perdamos cosas. Trata de estar atento/a a los paisajes, los sonidos, los olores y las personas con las que te cruzas; verás como los innumerables estímulos despiertan tu imaginación.

2- Anímate a probar cosas nuevas

Sal de tu zona de confort y haz algo que nunca has hecho. Puedes practicar un nuevo deporte, apuntarte a un curso, comenzar a aprender un idioma o incluso probar nuevas comidas. Hay muchísimas alternativas, lo importante es que te atrevas con algo que no hayas experimentado hasta el momento.

3- Haz preguntas, incluso aunque sean absurdas

A veces evitamos preguntar cosas que nos parecen tontas, ¡dejemos de hacerlo! No permitas que la vergüenza te frene y pregunta sobre aquello que despierte tu interés, por absurdo que te parezca. Cuestiónate el por qué de las cosas y da rienda suelta a tu imaginación.

4- Introduce pequeños cambios en tu rutina

Aunque la rutina tiene sus ventajas, si se vuelve demasiado rígida puede frenar nuestra curiosidad. Hacer pequeñas cosas de forma diferente puede ayudarnos a mantener la mente más abierta. Puede ser algo tan sencillo como volver a casa por un camino diferente al habitual o ir a desayunar a un sitio nuevo.

5- Dedica tiempo a imaginar y a jugar

Si queremos recuperar la curiosidad infantil no hay nada como dedicar un tiempo al juego y al desarrollo de la creatividad. Puedes simplemente jugar con tus ideas, cerrar los ojos y hacer volar tu imaginación sin ponerle ningún límite, dejándote sorprender por el resultado.

6- Lee sobre cualquier cosa que te interese

Los libros son una fuente de conocimiento inagotable, con los que puedes aprender sobre prácticamente todo. Busca un tema que despierte tu interés y lee sobre ello, ¡las opciones son innumerables! Además, no hace falta que sea un ensayo o un libro de texto, también puedes aprender mucho a través de las novelas.

7- Plantéate pequeños retos

Mantenerte motivado/a es otra de las claves para que tu curiosidad siga viva. Piensa en algo que lleves mucho tiempo queriendo hacer y no lo pospongas más, propóntelo como un pequeño reto personal a superar.

8- Inicia una actividad creativa

La curiosidad está muy ligada a la creatividad y las actividades manuales, así que atrévete con una de ellas. No importa si al principio no se te da bien, solo tienes que dejarte llevar. Pinta, escribe, toca un instrumento, haz manualidades… ¡Las posibilidades son infinitas!

9 - Interésate por los demás

Pregunta a tus amigos/as y familiares sobre sus vidas, sus opiniones y las cosas que les interesan. No se trata de cotillear, sino de acercarte a las personas que te rodean desde la curiosidad y el deseo de aprender más sobre ellas y ellos.

10 - Conoce otras culturas

Viajar no es algo que pueda hacerse todos los días, pero cuando tengas la oportunidad de hacerlo aprovecha para descubrir todo lo que puedas sobre la cultura del país en el que estés. En vez de limitarte solo a hacer turismo, trata de conocer sus costumbres, su historia y sus creencias. También puedes hacerlo sin moverte de Zaragoza, hablando con personas de otros países que viven en nuestra ciudad e interesándote por su cultura.