¿Qué es stalkear en las redes sociales y cómo se nos puede ir de las manos?


Artículo publicado en el número 6 de la revista Zaragoza Joven (junio de 2024).

Ciencia y Tecnología
Sandra Alquézar Bravo

En los últimos años, las redes sociales han revolucionado nuestra forma de comunicarnos y se han convertido en un espacio en el que exponer nuestro día a día, cambiando la forma en la que nos relacionamos y nos mostramos a los demás.

A medida que han ido surgiendo nuevas redes como Facebook, Instagram o TikTok, también han aparecido nuevos conceptos y formas de interacción: tener un match (conectar en aplicaciones de citas como Tinder), hacer ghosting (dejar de responder a los mensajes) y, finalmente, cortar todo contacto sin dar ninguna explicación) o stalkear.

Stalkear es un término que proviene de la palabra inglesa stalker, que se traduce como "acosador". Su uso en español no tiene necesariamente una connotación negativa, sino que se utiliza para referirse a la acción de cotillear o espiar a una persona a través de sus redes sociales. De hecho, en muchas ocasiones el stalkeo ni siquiera se hace con el objetivo de curiosear, sino que también puede servir para conocer mejor a una persona antes de aceptar su solicitud de amistad y valorar así si puede ser compatible con nuestros intereses y aficiones.

No obstante, cuando esta conducta se realiza de forma obsesiva y deriva en una necesidad de control sobre la otra persona, puede acabar convirtiéndose en acoso. Frecuentemente, las personas que llevan el stalkeo hasta este grado son aquellas que tienen una fuerte dependencia de las redes sociales, hasta llegar a ser incluso una adicción.

Aumento de la adicción a las redes

La presencia constante de las redes sociales en nuestra vida es algo innegable. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 99,9% de los hombres y el 99,7% de las mujeres de entre 16 y 24 años utilizan Internet de forma habitual, siendo las redes sociales la actividad más frecuente, especialmente las de mensajería instantánea.

Esto no tiene por qué ser algo negativo, siempre que el uso no sea excesivo. La psicóloga zaragozana Carmen Bes advierte que en los últimos tiempos "hay un mayor número de pacientes con problemas de adicción a las redes sociales, sobre todo desde la pandemia", en la que el aislamiento social obligado reforzó el uso de las mismas.

Dicha adicción suele manifestarse, inicialmente, en forma de aislamiento. Carmen explica que "al principio, puede ser un aislamiento familiar, en el que te metes más en tu habitación y no te apetece estar con tus padres viendo una peli, por ejemplo". A veces, ocurre que "este aislamiento no solo se da a nivel familiar, sino que se convierte en un aislamiento social" a nivel general, recortando el tiempo que dedicamos a relacionarnos con los demás cara a cara.

De hecho, el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) publicó un informe en 2023 que revelaba que el 11,3% de los jóvenes de entre 15 y 24 años tenía un alto riesgo de utilizar las redes sociales de forma compulsiva, elevándose al 33% en la franja de edad de entre los 12 y 16 años. Asimismo, un 26% de los encuestados afirmó pasar bastante o mucho tiempo solos/as debido al uso de las nuevas tecnologías, mientras que un 9,4% aseguraba que el tiempo que dedicaban a estar con sus amistades se había reducido.

Las consecuencias de este alto nivel de dependencia de las redes sociales "pueden aparecer en forma de ansiedad, depresión, una mayor irritabilidad o impulsividad y, por supuesto, también hay efectos directos en la autoestima, que va bajando", apunta Carmen.

 

Los peligros del stalkeo

Con un uso tan alto de las redes sociales y cada vez más personas con dependencia de las mismas, comportamientos aparentemente inocentes como el de cotillear las redes sociales de los demás pueden derivar en un stalkeo problemático y peligroso.

Según nos cuenta la psicóloga, "las redes permiten conductas que de otras formas sería difícil realizar, por ejemplo, es muy fácil saber qué hacen tus amigos/as o tu pareja, dónde están, a dónde van… Y esto puede propiciar que haya personas que, desde su inseguridad, las utilicen para calmar su necesidad de control, con todo el peligro que eso conlleva". De esta forma, "pueden darse relaciones mucho más tóxicas porque se utilizan las redes para controlar a la otra persona".

Este tipo de stalkeo extremo suele ser más habitual en las relaciones de pareja, pero también puede afectar a relaciones entre amigos, padres e hijos/as, exparejas o incluso en el entorno laboral.

Asimismo, controlar a alguien a través de las redes sociales puede agravar las conductas de acoso, que ahora ya no solo se produce dentro de las aulas sino que llega a todas partes. Así lo percibe Carmen, que asegura que el acoso "continúa a través de las redes con indirectas, usando fotografías, haciendo memes y con situaciones muy graves, incluso utilizar programas donde cambias la cara de una persona y le pones el cuerpo de otra para ridiculizarla".

Sin embargo, la especialista relata que no solo atiende a víctimas de acoso sino que también ha acompañado a personas que "han realizado conductas de acoso hacia otros sin ser conscientes del impacto tan doloroso que eso podía provocar". Considera que el factor de las redes sociales "es muy importante, porque son personas que quizá nunca le harían daño a otro de manera física, real", pero al hacerlo de forma virtual "le quitamos ese impacto que tiene en los otros".

Más allá de los problemas de acoso y relaciones de control, otro de los riesgos del stalkeo extremo es la violación de la privacidad, cuando el stalker posee tanta información sobre la persona a la que acosa que incluso puede acercarse a ella de forma física o compartir públicamente sus datos. De hecho, en algunos casos los stalkers pueden llegar a suplantar la identidad de sus víctimas y enviar mensajes o fotografías en su nombre, como ocurre en el documental de Netflix ¿Puedo contarte un secreto?, que narra la historia de varias mujeres que sufrieron durante años el acoso de un stalker.

Claves para evitar los riesgos

Si quieres evitar que el stalkeo se convierta en un problema para ti, es conveniente que tomes algunas precauciones al utilizar las redes sociales. La psicóloga recomienda "tener prudencia a la hora de publicar y pararse a pensar un poco" antes de hacerlo, ya que "no sabemos para qué pueden utilizar los demás esa información".

Lo más importante es no publicar datos personales como tu dirección o tu teléfono y evitar dar demasiada información sobre tus rutinas diarias. Además, no conviene utilizar la geolocalización de las publicaciones de forma automática, ya que ofrece mucha información sobre dónde vives y los sitios a los que sueles ir.

Por otra parte, es recomendable revisar periódicamente tus seguidores para eliminar a aquellas personas que no conozcas o las cuentas que no parezcan pertenecer a una persona real. Del mismo modo, puedes configurar tus ajustes de privacidad para que solo las personas que tú hayas aceptado como amigos puedan ver tus publicaciones e información personal.

Asimismo, para evitar ser tanto stalker como stalkeado, lo mejor es hacer un uso responsable de las redes sociales, controlando el tiempo que les dedicamos y limitando su importancia en nuestras vidas. Para ello, Carmen aconseja "hacerse la pregunta de para qué las estoy utilizando y qué busco con ello: si las uso para llenar un vacío, porque me siento solo o porque quiero demostrarle a los demás que soy valioso".

Otro factor importante según la psicóloga es "acostumbrarnos a desconectar, a tener momentos en los que vivamos en el mundo offline y no seamos solo espectadores de cosas que nos cuentan los otros, sino que experimentemos" por nosotros/as mismos/as. De esta forma, conseguiremos "enriquecer nuestra autoestima a través de las acciones y las relaciones, para que así nuestra validación personal no dependa de cuántas personas ven nuestras stories".

En definitiva, debemos buscar el equilibrio para hacer un uso sano de las redes sociales y, como nos recuerda Carmen, tener presente que "la vida está offline y que no es lo mismo ver la vida a través de las pantallas que vivir".


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