También obra del escultor Enrique Clarasó, de 1904, representa El Tiempo, el anciano pero vigoroso hombre que arranca las hojas del libro de la vida, símbolo del paso del tiempo. Ejecutado en mármol blanco, la figura, indiferente a lo que le rodea y fija en la eternidad, muestra excelente tratamiento anatómico y formas de inspiración miguelangelesca.