17 diciembre 2018

La causa del Tibet llega a la Casa de las Culturas con motivo del Día internacional de las personas migrantes

El día 19 de diciembre el Lama Thubten Wangchen e Irene Domínguez en representación de la asociación Estrella de la Mañana debatirán de la situación de las personas tibetanas que actualmente viven en países como India y Nepal tras la proyección del documental ‘Campos de refugiados de Mundgod’

La Casa de las culturas expondrá también del 19 diciembre al 7 de enero una exposición de la fotógrafa Cris Aznar

 

Con motivo del Día internacional de las personas migrantes la Casa de las Culturas del Ayuntamiento de Zaragoza acogerá el día 19 de diciembre, a las 19 horas, una charla debate sobre el Tibet tras la proyección del documental `Campos de refugiados de Mundgod¿.

En el encuentro participará el Lama Thubten Wangchen, un monje budista, tibetano, fundador de la Casa del Tíbet en Barcelona, representante del Tíbet en España, y miembro del Parlamento tibetano en el exilio donde representa Europa. Lama Thubten Wangchen hablará sobre la causa tibetana, a través de su experiencia como uno de los primeros ciudadanos españoles de origen tibetano, y la situación de las personas refugiadas que actualmente viven en países como India y Nepal, en el exilio.

Por otro lado, Irene Domínguez Vela, zaragozana, maestra, psicopedagoga, viajera y experta en Educación para el desarrollo, que lleva más de diez años viajando a India y los campos de personas refugiadas tibetanas de Mundgod, Karnataka, con la Asociación Estrella de la Mañana. Dominguez explicará el trabajo de esta ONG que desde el 2010 colabora con pequeños proyectos en el Asentamiento de Refugiados Tibetanos de Dougeling, el segundo asentamiento de personas refugiadas tibetanas en el exilio más grande de toda India.

La Casa de las Culturas también ha invitado a la fotógrafa Cristina Aznar, que presentará su exposición fotográfica ¿Tibetan Refugees¿ fruto de un viaje a Dougeling, a través de la Asociación Estrella de la Mañana. La exposición podrá verse en La Casa de las Culturas hasta el 7 de enero del 2019.

El 'Techo del mundo'

El Tíbet, el 'Techo del mundo', se ubica en el centro de Asia. Las personas tibetanas utilizan éste término para indicar las provincias de Amdo, Kham y Tsang U, es decir al área tradicionalmente conocida como Tíbet antes de la invasión china de 1950. Un área de 2.5 millones de kilómetros cuadrados donde existen las montañas más altas de la Tierra (los Himalaya), una vasta meseta árida y grandes valles fluviales. Este territorio pervive a una altura promedio de 5000 metros sobre el nivel del mar y es la patria física de 6 millones de personas tibetanas. Su ciudad capital es Lhasa.

El Tíbet, una región que ha vivido continuamente acosada por intereses colonialistas de las grandes potencias, ahora vive a la sombra del gobierno central de China. La República Popular China invadió el Tíbet a principios de 1950, creando un conflicto enquistado durante más de medio siglo. Desde la invasión de la parte oriental del Tíbet, fueron aconteciendo diversos sucesos de interés histórico.

El 17 de noviembre de ese mismo año, el 14º Dalai Lama Tenzin Gyatso, asumió, con 15 años de edad, la Jefatura de Estado. Meses después, el 23 de mayo de 1951, los líderes tibetanos fueron obligados a firmar un tratado que situaba la región bajo la administración de China. En 1954 la población tibetana se resistió a la ocupación y se produjeron disturbios y enfrentamientos, siendo en julio de ese año cuando SS el Dalai Lama decidió visitar la República Popular China y reunirse con Mao. Algunos años después, en marzo de 1959, los choques violentos entre los ocupantes chinos y la población causaron cerca de 90.000 muertes sólo en Lhasa, y el 17 de mayo, SS el Dalai Lama y sus ministros huyeron tras la durísima represión china al levantamiento popular y se instalaron en Dharamsala, en el norte de la India.

En 1965, el gobierno chino creó la Región Autónoma del Tíbet y emprendió el asentamiento a gran escala de población china en la región. Al año siguiente, en 1966, la Revolución Cultural china generó la destrucción de monasterios y bienes culturales tibetanos. En condición de refugiados políticos los pobladores originarios del Tíbet huyeron del país, de los cuales la mayoría vive actualmente en India, Nepal y Bután. Si bien, hay comunidades de personas refugiadas tibetanas en toda India, la sede central del gobierno tibetano en el exilio se ubica en Dharamsala, una localidad del Himalaya indio.

El pueblo tibetano se enfrenta a una dura situación. Ocupado por uno de los países más poderosos de la Tierra, sus tradiciones ancestrales están siendo atacadas brutalmente y sus gentes sufren la miseria, la persecución y, en muchos casos, la muerte. Es otro ejemplo del colonialismo que antaño destruyó numerosos pueblos y culturas en América, África y Asia. Su importancia estratégica radica principalmente en la localización geográfica y en sus recursos naturales. En la actualidad, el Tíbet ya no reclama la independencia sino su autonomía.

El estatus político del Tíbet es un asunto sin resolver desde hace años. El debate sobre la pertenencia o no del Tíbet a China se vuelve superficial aunque las personas tibetanas consideren que fue una violación a la independencia que habían logrado consolidar, el tema central ahora es el respeto a las formas tradicionales de organización política y social y a la integridad física y espiritual de millones de personas dentro de un sistema que no representa su forma de vida y en el que quedaron atrapados.

El colectivo de personas refugiadas tibetanas, se encuentran en una situación compleja de fragilidad y vulnerabilidad. Nuevas generaciones han nacido en el exilio, se haya en riesgo de exclusión social, con dificultad de acceso a oportunidades y con escaso apoyo por parte de las autoridades indias.

Este escenario, al mismo tiempo, está generando un proceso de aculturación y desarraigo, por lo que es sumamente importante trabajar en el fortalecimiento y conservación de los lazos comunitarios y culturales de la propia comunidad Tibetana en el exilio, empoderando su identidad y favoreciendo el tejido social de apoyo, necesario para hacer frente a esta situación de fragilidad y exclusión social.