03 enero 2019

Las compuertas del Azud permanecerán abatidas durante un mes para estudiar la sedimentación

El Ayuntamiento implantará un plan activo de manejo de compuertas para reducir el impacto del Azud en la dinámica fluvial 
Asimismo se ha renunciado a la concesión administrativa del salto hidroeléctrico que está inoperativo

El Ayuntamiento de Zaragoza ha aceptado la solicitud de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para proceder al abatimiento de las compuertas del azud durante un periodo de un mes, con objeto de llevar a cabo un estudio de sedimentación y de hidrodinámica. La intención del organismo de cuenca es elaborar una estrategia sedimentaria con fundamento científico. Las compuertas permanecerán abatidas entre los días 8 de enero y 8 de febrero.
El Ayuntamiento, a su vez, ha comunicado a la CHE su intención de poner en marcha un nuevo sistema activo de gestión de las compuertas, con el objetivo de reducir el impacto en el río causado por la retención de aguas del Azud, estudiar de forma rigurosa la evolución del estado natural del Ebro a su paso por la ciudad y compatibilizar todo ello con los usos deportivos que se llevan a cabo actualmente. El Consistorio también ha comunicado a la Confederación Hidrográfica del Ebro la solicitud de cancelación de la concesión administrativa del salto hidroeléctrico que ha permanecido inoperativo desde su construcción.
El nuevo plan de manejo del Azud establece:

  • El abatimiento total de las compuertas a partir de caudales superiores a 250 m³/s que permitirá una mayor permeabilidad a los restos sólidos que arrastra el río.
  • Incremento del número de días anuales con flujo natural
  • La compatibilización con los usos deportivos y el movimiento de compuertas (abatidas/levantadas) favorecerá la renovación más efectiva de las aguas estancas

El nuevo modelo de funcionamiento de la instalación define que, a partir de caudales inferiores a 250 m³/s se establecerá un ciclo semanal de funcionamiento de manera que durante cuatro días se mantendrá la lámina de agua estabilizada de tal modo que se posibilite la práctica de actividades lúdicas y deportivas sobre ella. Durante dos días las compuertas se mantendrán completamente abatidas y el día restante se dedicará a las maniobras de subida y bajada de las mismas.

Este nuevo modelo de funcionamiento de la instalación del Azud contará con un detallado seguimiento de la evolución de los distintos indicadores del estado ecológico de las aguas y del cauce. Con este objeto, se va a crear una comisión de carácter técnico-científico en la que colaboren la Confederación Hidrográfica y el Ayuntamiento de Zaragoza, con la posible asistencia de especialistas en las diferentes áreas y materias. Este trabajo de seguimiento es precisamente el que no se ha realizado en los diez años de funcionamiento del Azud, lo que impide tener datos precisos para permitir evaluar el impacto de esta infraestructura en todo este periodo. Tan sólo en 2017 y 2018 se han llevado a cabo los primeros estudios biologicos, fisico-quimicos, de batimetría y de medición del transporte sólodo en el río por parte del Ayuntamiento de Zaragoza, así como un primer balance sedimentario por parte de la CHE.

El Ayuntamiento ha convocado a las entidades que realizan actividades deportivas y recreativas en el tramo urbano del río Ebro a una reunión el día 16 de enero, en la que se detallarán estas medidas y se analizarán próximos pasos a seguir en relación con la gestión del Azud.

Por otro lado, desde la concejalía de Medio Ambiente se ha solicitado iniciar el procedimiento administrativo para cancelar la concesión administrativa de salto hidroeléctrico autorizada por la CHE en 2005. se ha considerado que ha llegado el momento de dejar sin efecto dicha concesión administrativa, ya que carece de justificación puesto que nunca llegó a instalarse una central hidroeléctrica o turbina que permitiese la explotación.
El Ayuntamiento considera que el funcionamiento del Azud hoy día no cumple con las funciones que justificaron el proyecto y su ejecución: la navegación turística, la consecución de un subjetivo impacto paisajísitco beneficioso o el aprovechamiento eléctrico con ocasión del salto de agua. Por ello, se están valorando aspectos que ya fueron planteados en las alegaciones de la declaración de impacto ambiental de 2005, como la posibilidad de que la instalación pudiera modificar el comportamiento hidrólógico del río, el nivel freático del acuífero aluvial, la posibilidad de alteración de las condiciones hidromorfológicas del río en la zona de afección, el incremento del nivel de nutrientes que perjudique la calidad del mismo, etc.