Salud Pública

Informe mosca negra 2017

Actuaciones realizadas a lo largo del 2017 sobre la mosca negra

Evaluación

En general se ve en el Ebro una disminución muy importante a lo largo de las semanas. En parte debido a la pequeña crecida de primeros de junio, que se llevo gran parte de la masa de macrófitos, y en parte debido a la eficacia de los tratamientos; llegando a desaparecer prácticamente a finales de julio.

La interpretación de los datos del Gállego es más problemática, manteniéndose recuentos altos hasta julio, especialmente en el punto más alejado de la ciudad. Las causas pueden ser diversas: la falta de crecidas importantes en el río, el cauce más estrecho e irregular que podría hacer que el tratamiento no se distribuya uniformemente por la corriente, la presencia de acequias próximas que podrían servir de reservorio, la diversidad de sustratos para las larvas (macrófitos, piedras, plantas sumergidas).

En el desarrollo longitudinal, en el Ebro se ve una clara disminución de recuentos a lo largo del tramo que atraviesa el término municipal en casi todos los muestreos. Sin embargo en el Gállego no se aprecia ninguna distribución significativa.

Los mayores recuentos aparecen en los puntos en que ambos ríos entran en el término municipal, poniendo en evidencia la necesidad de una acción más amplia coordinada con otras administraciones con competencia en un ámbito que excede el municipal.

Cuando los recuentos son bajos o muy bajos, los valores no parecen significativos.

Los altísimos recuentos detectados en mayo aconsejan empezar el muestreo y, si es necesario, los tratamientos, antes (abril, o quizás marzo), con la intención de retrasar el crecimiento exponencial de la plaga y en consecuencia reducir el pico de incidencias. Todo ello atendiendo a que lo permitan las condiciones ambientales (temperaturas, crecidas, etc).